PRONTO ESTARE POR AQUI.........
SOLO ESTOY ORDENANDO MIS IDEAS,
PROHIBIDO OLVIDARSE DE ESTE
HUMILDE BLOG
SALUDOS..............
Cuando estaba en mi etapa de pubertad, más o menos a mis 12 o 13 años, soñaba ya con tener 16 o 18 años y vivir la etapa de la adolescencia. Observaba con detenimiento a los adolescentes y envidiaba como ellos podían asistir a las fiestas con luces que organizaban por el barrio, miraba con curiosidad a los adolescentes como fugaban al flirteo con chicas de su edad, unas lindas e inocentes (bueno en esos años) niñas que coqueteaban con los jovencitos ya mayorcitos. A mis 14 años solía juntarme con adolescentes de 15, 16 o 17 años y poder asistir a los quinceañeros, donde se daban citas muchas chicas bonitas y los varones empezaban a cortejar y poder tener enamoradas de su edad o tal vez ya mayorcitas. Con curiosidad leía cual revista sexual caía por mis manos, con curiosidad veía películas que tengan algún contenido sexual y con curiosidad normal preguntaba a mis amigos mayores como era tener sexo. De cualquier modo trataba de parecer un adolescente, esperaba con ganas los primeros signos de esa edad, como el cambio de voz, los vellos púbicos o los primeros vellos en las axilas, el pecho o unos pequeños y distantes bigotitos. Las mentiras de que éramos todos unos galanes y que ya nos habíamos iniciado en la vida sexual eran muy comunes en nosotros. Y a mis 17 años podía con mucha razón asegurar que ya había tenido sexo y era el tema principal en las reuniones a escondidas con mis amigos con su botellita de ron. Y a esa edad me enamore por primera vez. Cuando ya estaba en la adolescencia, quería con ansias tener 18 u 19 años y dejarme crecer y cortarme el pelo como yo quisiera, vestir como me daba la gana y tal vez usar un aretito en el oído (la verdad si quería, pero gracias a Dios que hice caso a mi madre y jamás lo use). Como sea quería que las chicas supieran que ya era todo un hombrecito y que ya era parte del pasado mi uniforme y mochilita del colegio. Ahora ya usaba cuadernos sin forrar, no llevaba cartuchera, ni mucho menos una loncherita (jaja aunque parece tonto, pero hasta en el colegio mi madrecita me mandaba con mi loncherita). Ya estaba en una academia pre universitaria y ahí ya quería tener 21 o 22 años para poder enamorar las jóvenes de 18, porque ellas preferían a los de esa edad. Ingrese a la universidad y por fin podía salir de mi casa a la hora que quería (a veces con mentiras de estudios en grupo), podía quedarme en casa de mis compañeros y lo que es mejor podía meter a una chica a mi cuarto diciéndole a mi mamá que hacemos grupo de estudio. Como ya era mayor de edad ya no daba roche fumar en las calles ni tomar a veces en los parques. Recuerdo que lo hacíamos con mucho orgullo para hacer notar que ya somos todos unos hombres. Ya no hablábamos quien tuvo o no sexo, sino quien lo hizo mas veces o quien lo hizo con una mujer de mayor de edad. Los deportes era tema común y ni que decir de nuestros sueños al ser profesionales. Algunos serian médicos, abogados, profesores, empresarios o ingenieros y anhelábamos tener nuestro primer carro. Como mi madrecita todavía no aceptaba que era un adulto, los controles e interrogatorios aun continuaban, ni que decir de mi primera borrachera, fue también mi primer sermón. Por todo ese control ya quería dejar de tener 18, 19 o 20, ya deseaba tener 24 o 25 y ya ejercer mi profesión, ganar un sueldo y ser independiente.
Una nostalgia profunda recae en mí ser, una pena muy onda habita en mí. Esta nueva oportunidad vino cargado de desaires, de actitudes que me hacen sentir que no tendrá buen asidero todas las cosas que puedo hacer por volver a enamorarla. Si algo me prometí a mi mismo es que la empezaría amar como ella quiso en la primera vez. Haré una plegaria a la paciencia y seré muy optimista en darle tiempo. Por lo pronto estas líneas reflejan lo que hoy puedo sentir:
Dice el dicho: “Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Y es en ese entonces cuando uno recién le quiere dar valor a las cosas que en algún momento formaron parte de tu vida y lo perdiste.